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Manteniendo nuestro hilo conductor, esta vez quiero referirme a la difícil situación que muchos de nosotros estamos sorteando en estos momentos luego de haber superado la pandemia. Aún cuando el balance ha sido medianamente positivo pues logramos combatir un virus desconocido trabajando en equipo y aprendiendo que juntos podemos superar prácticamente cualquier cosa, hoy nos estamos viendo abocados a evaluar nuestras capacidades de afrontamiento, hoy la vida nos presenta nuevos retos ya que algunos han debido comenzar de nuevo quizás sin la compañía de algunos de los suyos, quizás en un nuevo terreno, en la búsqueda de un nuevo trabajo, una nueva relación o un nuevo comienzo.
Las estrategias de intervención parecen tener que ser revaluadas para poder surgir en este nuevo espacio, situación que los ha expuesto a una ansiedad que antes les era desconocida, especialmente al ser migrantes pues la lectura del entorno se hace aún más limitada y desgastante. Presentándose la posibilidad de reaccionar, de forma forzada y muchas veces a través de respuestas inadecuadas que a su vez van minando las emociones y los pensamientos generando como válvula de escape únicamente una activación somática que afecta la capacidad de análisis y solución efectiva de cualquier problema, lo que nos lleva a ser poco eficaces a la hora de confrontar cualquier nuevo reto.
Aquí está comprobado que la ansiedad, la depresión y el estrés alteran la actividad inmunológica del ser humano y por ende su salud. Así que, sin quererlo, al evitar las situaciones nuevas, al no confrontarlas dentro de una justa medida y entendiendo que siempre debe primar nuestro bienestar emocional y físico sobre cualquier valoración que otorguemos a cada uno de los momentos de la vida, se conlleva la posibilidad de enfermar y multiplicar a la vez el oscuro panorama, entrando en un ciclo vicioso del cual es muy complicado escapar sino contamos con las habilidades y los recursos suficientes.
Es aquí cuando debemos mantener la cabeza fría y las ideas claras, logrando controlar las emociones, reconociendo el momento en el cual necesitamos todos los recursos personales internos y/o la ayuda de quienes nos rodean o hasta quizás contar con el apoyo de un profesional en el área de la salud que sepa sobre el tema, porque recurrir a estas personas que están en capacidad de apoyarnos, colaborarnos y aconsejarnos, es una de las mejores alternativas para aprender a sobrellevar las vicisitudes de la vida.
Está visto que el equipaje se hace más ligero cuando contamos con el apoyo de quienes nos rodean, conocen o nos pueden proponer las herramientas necesarias para confrontar el momento que estamos viviendo de la mejor manera.
Así que si estás necesitando apoyo para sobrellevar una crisis o una enfermedad, no dudes en buscarlo antes de que afecte aún más tu situación actual personal, de pareja, familiar, social o laboral y para ello, te ofrezco algunas herramientas que he venido recopilando a través de los últimos 10 años y las cuales pongo a tu disposición en mi blog dirigido a migrantes de habla hispana residentes en otros país del mundo. Porque está claro que migrar conlleva muchas implicaciones a nivel psicológico, físico, conductual, comportamental, afectivo e intelectual. La ampliación de estos temas los encuentras disponibles en el link: